5º aniversario de la Residencia de Mayores de Guadalajara, de la OMC
La Residencia de Mayores Siglo XXI de Guadalajara, de la OMC, que este mes de septiembre cumple cinco años desde su inauguración por los Príncipes de Asturias, rompe con la antigua concepción de residencia geriátrica y se convierte en un “centro medicalizado de atención a mayores. Es como un hotel balneario con una atención médica excelente”, según su director, el doctor Francisco Gómez.
Dos médicos especialistas en geriatría, un experto en geriatría y un especialista en medicina de urgencia, junto con 8 enfermeras y un amplio equipo de auxiliares, prestan, durante las 24 horas del día, una permanente atención médica al colectivo de residentes de este centro, principalmente médicos y familiares, que hace cinco años decidió poner en marcha la OMC, con gestión privada, bajo la dirección del doctor Francisco Gómez, médico de primaria, dedicado desde hace años a la gestión.
“Esto es un equipo en el que cada miembro que atiende a los residentes conoce, según su puesto, las necesidades médicas, sociales, personales y familiares, en aras de una atención personalizada en cada una de las áreas que requieran nuestros mayores, ya que permanecen en el centro 24 horas de todos los días.” Los residentes se sorprenden de lo bien informado que está todo el equipo y lo bien controlados que están, por parte de todo el personal de la Residencia. El propio doctor Gómez, como Director médico, conoce todas las historias médicas de los mayores, aunque no las lleve directamente. “Cuando un residente me saluda y me cuenta su problema de salud, no puedo ser un mero oyente, naturalmente, también participo”, afirma.
De antiguo colegio para huérfanos de médicos, creado en el año 65 por la OMC y posteriormente convertido en un internado, se transformó, hace 5 años, en la actual Residencia de Mayores Siglo XXI, un complejo de 14.000 metros cuadrados, con 12.000 construidos en dos edificios –uno para residentes válidos y otro para asistidos-, con instalaciones accesibles, habitaciones de 25 metros cuadrados, todas ellas con baño adaptado, equipadas con cama eléctrica, alarmas diferenciadas en habitación y baño; calefacción y aire acondicionado, teléfono y televisión. “Muchos residentes nos piden traerse objetos personales de decoración y evidentemente se les permite porque esta es una residencia para vivir, es su casa”, asegura el doctor Gómez.
58 cámaras de video vigilancia controlan los espacios comunes y los controles del personal sanitario en cada una de las plantas, lo cual, según el doctor Gómez permite un control de lo que ocurre, al margen de lo que cuentan los mayores que no se reservan nada en sus quejas o indicaciones, “lo largan todo”.
Otro elemento de control, que también sirve de estímulo para los equipos que trabajan en el centro es el premio que hemos creado al Trabajador del mes. “Nosotros no podemos controlar a todos los trabajadores durante toda la jornada y, este premio –metálico o días de vacaciones-, que votan los residentes, los trabajadores y la dirección, es un elemento de control y también de estímulo y agradecimiento para el equipo que trabaja con una gran entrega y dedicación”.
El doctor Gómez explica los controles oficiales que tiene el centro. “Tenemos una actividad muy reglamentada que por parte de la Administración en muchas áreas distintas: Por ejemplo, Sanidad se encarga del control periódico de la cocina y cafetería, en cuanto a condiciones de ejecución de comidas, control de puntos críticos, así como de la calidad del agua, para el control de legionellosis, aunque la inspección más frecuente la realiza Bienestar Social que nos visita prácticamente cada dos meses y eso te obliga a estar en guardia y en permanente estado de revista. Pueden llegar por la noche y acceder a las habitaciones para comprobar todo lo que requieren los residentes, en todos los aspectos de control y su consiguiente autorización familiar. Por lo excesivo y meticuloso de la normativa oficial y su continuo control hay geriátricos que están registrados como un hotel de mayores para saltarse la compleja normativa de Bienestar Social y ampararse en la de Comercio o Turismo que es mucho más laxa. La residencia está sujeta también al control del ministerio de Trabajo y demás organismos oficiales como cualquier actividad. Además de lo anterior, como empresa Certificada en Calidad, según norma ISO, nuestra Residencia pasa por una auditoría externa que se realiza cada dos años, para mantener dicha acreditación de calidad”.
Además de la atención médica especializada, la residencia cuenta con servicios de psicología, fisioterapia, podología, farmacia 24 horas, y otros no médicos como lavandería y peluquería. En total, cuenta con una plantilla de 75 profesionales para atender a los 65 residentes que hay actualmente en el centro, con una capacidad total de 200 camas.
La Residencia, que tiene un coste de entre 65 y 85 € diarios, dependiendo de si son válidos o asistidos, cuenta con una ayuda de 465 € mensuales que la Fundación del Patronato de Huérfanos y Protección Social Príncipe de Asturias otorga a médicos jubilados o con dependencia, a sus cónyuges, viudos y/o viudas, así como también a los padres de médicos en activo.
“Muchas veces, los médicos nos preguntamos donde va a parar nuestra cuota de colegiación y este es un claro ejemplo de protección social que nos presta el colegio a través de la Fundación, tanto para los propios médicos como para nuestras familias, nuestros padres, para ayudarnos en la conciliación de la vida laboral y familiar”. Algunos de los pacientes son temporales, de semanas, días, bien para recuperarse de un proceso como, por ejemplo, un ictus, un infarto cerebral, una caída, o bien porque los hijos se van de vacaciones e ingresan al familiar para el cuidado médico adecuado.
El doctor Gómez explica que “con la calidad de la asistencia, hostelera y médica que prestamos, nadie puede igualar nuestros precios. Hemos propuesto colaborar con el Hospital dado que una cama, por ejemplo, en el hospital cuesta diez veces más, y no siempre está ocupada por un paciente que requiera atención hospitalaria tan cara. Por eso les hemos propuesto trabajar conjuntamente, dado que estamos en condiciones de poder atender, por nuestras características, a pacientes subagudos, paliativos, terminales…etc., con absoluta calidad y garantía, estamos a la espera de su decisión”.
En la Residencia cuidan todos los más mínimos detalles para ayudar a los residentes: en las mesas del comedor están sus fotos en una tarjeta de identificación por colores que ayuda a los auxiliares a conocer si son hipertensos, diabéticos o tienen alguna intolerancia a la comida. Precisamente, los menús están elaborados para satisfacer las necesidades de cada uno de los residentes. Dos cocineros y varios auxiliares elaboran con esmero una cocina de mercado que se compra a diario.
Aunque anecdótico, es reseñable el cuidado de los olores para lo que la residencia cuenta con un sistema de ventilación que renueva el aire cada hora, de manera que, “en cualquier momento y en cualquier lugar de la residencia, no percibes olores extraños, habituales en este tipo de centros”. Su espacioso jardín de 2.000 metros cuadrados adaptado a dependientes, la gran pérgola cubierta y las distintas zonas de estancia alternativas de ocio, hacen de esta Residencia, “además de un centro medicalizado, una residencia con el máximo confort”, asegura el doctor Gomez.