Melilla y su Colegio de Médicos: Un siglo de compromiso con la salud (1925-2025)
En este año 2025, Melilla conmemora el centenario de una institución fundamental para su desarrollo y bienestar: el Ilustre Colegio Oficial de Médicos. Su fundación, lejos de ser un evento aislado, se inscribe en un contexto de profundo cambio y crecimiento para la ciudad a principios del siglo XX.
A pesar de las tensiones derivadas de las campañas militares y el establecimiento del Protectorado de Marruecos, Melilla experimentó un notable auge demográfico entre 1920 y 1930, con un aumento de población que superó el 450%. Este crecimiento no sólo transformó el tejido social, sino que también generó nuevas demandas en infraestructuras básicas como el alcantarillado, el suministro de agua y la vivienda. En este escenario de modernización, marcado por el primer plan de urbanización de la ciudad en 1919, surgieron inquietudes y la necesidad de abordar los retos de una sociedad en evolución.
Estas dinámicas no fueron ajenas a la comunidad médica local. En un marco legal donde la profesión ya estaba regulada a nivel nacional por el Real Decreto de 1898 y la Ley de Sanidad de 1855, estableciendo la obligatoriedad de la colegiación y la necesidad de garantizar la calidad del ejercicio profesional, los médicos de Melilla comenzaron a sentir la necesidad de una organización propia. Estas normativas nacionales definían la figura del médico-cirujano y los requisitos para ejercer, además de señalar la misión de los colegios: velar por la salud pública, defender los intereses de la clase médica y fomentar la colaboración entre colegiados.
El camino hacia la creación del Colegio Oficial de Médicos de Melilla estuvo marcado por la singularidad de su situación administrativa. A diferencia de otras capitales de provincia, Melilla no contó con un ayuntamiento formalmente constituido hasta 1931. Hasta entonces, la ciudad era administrada por la peculiar Junta de Arbitrios, una institución con funciones análogas a las de un consistorio, pero con una dependencia administrativa particular, influenciada en gran medida por las dinámicas militares de la región debido a la contienda del Rif. Esta situación administrativa, con una Junta de Arbitrios que perduró incluso tras la creación formal del Ayuntamiento por Real Decreto de 1919, pudo haber influido en el ritmo de la organización colegial médica.
Sin embargo, la necesidad de un foro propio para los profesionales de la medicina se hizo cada vez más evidente. Ya en 1913, se constituyó la Sociedad Científica de Sanidad Militar, el primer organismo asociativo profesional en Melilla, con secciones dedicadas a Medicina, Cirugía, Higiene, Farmacia y Veterinaria. Esta sociedad organizó conferencias y desarrolló iniciativas como “La Fiesta de la Flor” para recaudar fondos para la creación de la Gota de Leche, una institución benéfica pionera en la atención infantil.
En paralelo a la actividad de la Sociedad Científica de Sanidad Militar, la inquietud por la creación de un colegio médico civil fue tomando forma. En noviembre de 1914, se nombró una directiva provisional del Colegio de Practicantes de Melilla, que posteriormente, en 1916, se transformaría en el Ateneo de Sanidad Militar, manteniendo su actividad científica.
Un hito crucial se produjo el 22 de diciembre de 1917, cuando el médico Don José Barrientos convocó a médicos, farmacéuticos y practicantes civiles con el objetivo de formar un centro de cultura médica y solicitar a las autoridades la constitución de un colegio médico oficial con las mismas preeminencias que los de la Península. De esta reunión surgió una comisión encargada de redactar las bases para esta futura institución.
Tras años de esfuerzos y gestiones, la Asociación Médica de Melilla se constituyó formalmente el 2 de agosto de 1919, con una primera directiva presidida por don Ramón María Pérez Torres. Esta asociación, que incluía a farmacéuticos y practicantes, inició de inmediato reivindicaciones para su transformación en un colegio de médicos oficial, acorde con la legislación sanitaria vigente.
Finalmente, el anhelo de la comunidad médica melillense se hizo realidad. El 1 de mayo de 1925, El Telegrama del Rif anunció la elección de la primera junta de gobierno del Colegio Oficial de Médicos de Melilla, presidida por don Máximo Cajal Pérez. Con la apertura del libro de desiones el 2 de mayo y la celebración de la primera junta general el 16 de junio de 1925, se consolidaba una institución que, a lo largo de un siglo, ha sido pilar fundamental de la sanidad y el bienestar de Melilla.
En este centenario, es imprescindible recordar y honrar a aquellos pioneros que, con visión y perseverancia, sentaron las bases de un Colegio que ha sabido adaptarse a los cambios, defender la profesión médica y contribuir de manera inestimable a la salud de la ciudad. Su legado perdura hoy, en un Ilustrísimo Colegio Oficial de Médicos de Melilla que mira al futuro con el mismo compromiso y dedicación que animó a sus fundadores hace cien años.
Por todo ello, este año la junta directiva ha programado una serie de actividades culturales, científicas y sociales para rendir tributo a estos cien años de historia.
Fuente: Artículo “En el centenario de la fundación del Ilustrísimo Colegio de Médicos de Melilla”, del doctor Daniel Castrillejo Pérez, publicado en la revista Trápana de la Asociación de Estudios Melillenses, Año XIX, Volumen 17, 2024.