ARTÍCULO DE OPINIÓN.- La ya ex ministra de Sanidad ha ignorado la evidente falta de personal y vuelve a condenar a Ceuta y a Melilla a una atención de segunda
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Carolina Darias se ha despedido de nuestros médicos hablando de infraestructuras, pero negando las injustas condiciones laborales y las plantillas envejecidas y sin recambio en ambos territorios que provocan la marcha de facultativos
Hace ahora una semana le enviamos una carta a la entonces ministra de Sanidad, Carolina Darias. Buscábamos su ayuda dada la inacción del Instituto de Gestión Sanitaria (INGESA) a la hora de buscar soluciones a los problemas que acucian a la sanidad en Ceuta y Melilla. Sin embargo, antes de marcharse del Gobierno, nos enviaba su respuesta, ha sido este fin de semana, y no hemos encontrado comprensión y, mucho menos, soluciones. Ha ignorado la evidente falta de personal o las injustas condiciones laborales que sufren nuestros facultativos en comparación con los médicos de otras comunidades. Se ha escudado una vez más en la construcción de infraestructuras, como si levantar edificios sin personal que los haga funcionar fuera una solución.
En la carta que le remitimos se ofrecían distintas medidas y propuestas para mejorar las condiciones de la asistencia sanitaria tanto a profesionales como a pacientes. Entre ellas, se proponía la declaración de ambas ciudades como áreas de difícil desempeño y cobertura, pero con incentivos reales y a corto plazo; la mejora de las relaciones contractuales para atraer capital humano; la semana laboral de 35 horas que compense el exceso de horas de guardia; y más tiempo para la Formación Médica Continuada, absolutamente esencial para una calidad asistencial de excelencia. La respuesta a todo esto ha sido no y no. Ni un halo de esperanza para mejorar la atención a nuestros pacientes.
En su respuesta ha apuntado la ya ex ministra Darias que en diciembre del año pasado visitó ambas ciudades y pudo comprobar “los importantes avances que se estaban llevando a cabo en las infraestructuras sanitarias”. Ha aludido una vez más a edificios, ha ignorado, eso sí, los recursos humanos que los hacen funcionar. ¿De qué sirve un quirófano sin cirujanos o una consulta sin médico o enfermera? En esas visitas, por cierto, no tuvo a bien reunirse con los profesionales sanitarios. No quiso escucharnos. Hubo foto y paseo con la prensa, pero se fue de ambas ciudades sin una imagen real de la situación que padecemos y sufren nuestros pacientes.
Ha respondido que aquello que se plantea desde ambos colegios médicos está “siendo objeto de un arduo trabajo, dirigido a quedar plasmados en acciones y actuaciones con repercursión en los actuales pacientes y potenciales usuarios”. Pero, ¿para cuándo? Porque así llevamos meses y meses, intentando negociar con INGESA, registrando escritos con necesidades palpables, pero siempre con el silencio como única respuesta.
Cierto es que se han declarado los puestos de trabajo del personal sanitario del INGESA en Ceuta y Melilla como de difícil cobertura, pero de momento sólo es una expresión recogida en un papel. Ha dicho que esto “abre de manera inmediata la siguiente fase de estudio de los mecanismos de incentivación”. ¿Cuándo? Porque se publicó en el Boletín Oficial del Estado hace más de un mes y nada de nada. Igual es que antes no han tenido tiempo de estudiar esos mecanismos de incentivación. Sobre el complemento específico ha argumentado que en la mesa sectorial del pasado 15 de marzo “no se aportaron proposiciones concretas”. Siento rectificar sus palabras, porque INGESA cuenta desde hace meses con soluciones planteadas por médicos melillenses y ceutíes. ¿Le han llegado a la ministra?
También ha dado respuesta a la mejora solicitada sobre el precio de hora de guardia. Ceuta y Melilla están a la cola de todo el país, algunos territorios incluso triplican esta cantidad en comparación con lo que perciben nuestros médicos, y su réplica ha sido que “actualmente existen limitaciones presupuestarias para atender las demandas”. Curioso cuando en esta misma carta de respuesta ha presumido de “una fuerte apuesta del Gobierno de España al más alto nivel para implementar medidas que repercutan directamente en la atención sanitaria de la ciudadanía de Ceuta y Melilla”.
Podría seguir hablando de la dotación de personal del futuro Hospital Universitario de Melilla o de las mejoras tecnológicas que se requieren en el Hospital de Ceuta, pero son demandas a las que no se vislumbra solución inmediata cuando la ex ministra ha sentenciado en su carta que “creo estar en condiciones de afirmar que todos sus puntos de demanda están siendo, o han sido ya atendidos, sin escatimar recursos económicos, humanos y materiales por parte de este Ministerio”. ¿De verdad?
No tenemos personal suficiente, faltan especialistas, no se cubren jubilaciones, se sobrecarga a los médicos actuales, tenemos peores condiciones laborales que en la Península, faltan medios humanos y técnicos… Pero según la ex ministra, en su despedida, todo está bien. Estamos abocados a una atención sanitaria de segunda categoría y parece que en Madrid no importa. No es un problema de los médicos, es un problema de todos los melillenses y ceutíes y hay que buscar soluciones, no sólo buenas intenciones.
Justo Sancho-Miñano
Ginecólogo y miembro del Comité de Huelga