Da Vinci y la casa por el tejado
-
Para operar con este robot cada cirujano debe realizar ejercicios de simulación específicos, visitar centros de excelencia, acudir a un centro acreditado para realizar un examen y obtener el certificado de capacitación
Hace unos días conocíamos la adquisición para el nuevo hospital de Melilla del robot Da Vinci Xi, por 2.100.000 €, por disposición de la directora de INGESA, Belén Hernando. En principio, es un gran avance para nuestra ciudad al poder disponer de un robot para cirugía mínimamente invasiva asistida por ordenador. Eso sí, llama poderosamente la atención la gran inversión que se está realizando en equipamientos para el nuevo hospital, no por innecesarias, sino porque no se acompañan en absoluto de un plan para afianzar ni atraer médicos que puedan utilizarlos.
Hace menos de 6 meses, el puntero hospital de La Fe de Valencia instalaba el mismo equipo, anunciando que esperan poder aplicarlo en hasta 500 cirugías anuales. Este hospital tiene un área sanitaria aproximadamente 4 veces la de Melilla, además de varios servicios que ni existen en nuestra ciudad, como Cirugía Torácica, Vascular o Maxilofacial. Señalaban en La Fe que estos números podrían alcanzarse “una vez se supere la curva de aprendizaje con este sistema”. Han establecido un programa formativo de cirugía robótica para todos los profesionales implicados en el uso de esta nueva tecnología (facultativos de los servicios de Urología, Ginecología, Cirugía General, Anestesiología y personal de Enfermería y Esterilización). Cada cirujano debe realizar ejercicios de simulación específicos, visitar centros de excelencia, acudir a un centro acreditado para realizar un examen y obtener el certificado de capacitación.
Como imaginan, nada de lo anterior está en marcha para el caso de Melilla. Y de hacerse ahora, ya llegaría con retraso. Sin embargo, el director territorial del Ingesa, Omar Haouari, manifestó a los medios que con esta adquisición se posibilita el aumento de la cartera de servicios del Área Sanitaria. Pero nos preguntamos: ¿Con qué personal se pretende desarrollar esa cartera?
El robot Da Vinci Xi, además, requiere suscribir un contrato de mantenimiento anual, cuyo presupuesto ronda los 200.000 euros anuales, si nos atenemos a lo publicado en la plataforma de contratación del Estado. Un gran negocio a corto plazo, pues su uso será mínimo.
El ingente gasto en equipamiento no se acompaña de la adecuada previsión de personal médico. El servicio que más podría beneficiarse del citado robot es Urología, que está en cuadro (2 facultativos y uno es mayor de 65 años). Además, sólo contamos con 5 anestesistas, y 3 son mayores de 55 años. Los médicos no van a venir a nuestra ciudad por los equipamientos, mientras las condiciones de trabajo no mejoren y puedan desarrollarse profesionalmente. A escasos meses de la apertura del hospital, la incertidumbre es máxima.
El Instituto Nacional de Estadística (con datos de 2021) ya nos situaba a la cola en tasa de médicos por habitante en España y, según el Ministerio de Sanidad, somos los últimos en médicos asistenciales en hospitales. Años sin atender las demandas de los facultativos nos han traído a esta situación, y condenan a Melilla a una sanidad pública sin futuro si INGESA no actúa ya.
El robot Da Vinci llega condenado al ostracismo y los responsables de ello siguen en sus puestos.