Presidente de la OMC: «Todo lo que hacemos los médicos necesita regulación y control, y no hay nadie en la sociedad que lo pueda hacer mejor que la propia profesión»

El presidente de la OMC ofreció a los estudiantes de Medicina participantes en las Jornadas “CEEM 2.0: Jornadas Formativas”, celebradas el pasado fin de semana, una ponencia sobre la “regulación y control de la profesión médica”. Según remarcó, el Dr. Rodríguez Sendín ante los futuros profesionales “todo lo que hacemos los médicos necesita regulación y control, y no hay nadie en la sociedad que lo pueda hacer mejor que la propia profesión”.

Lo que pretende demostrar el presidente de la OMC, en contra de las tendencias de ciertas personas que se cuestionan su función, es que «una Organización Colegial como la nuestra, es imprescindible, porque es la única alternativa para la profesión médica. Los que dirigimos la OMC, probablemente podamos cumplir mejor con nuestra función y seremos responsables de lo bien o lo mal que lo hagamos, pero la Organización con las actualizaciones precisas en cuanto a estructura y funciones, y no sólo en España sino en el resto del mundo, no se puede prescindir de ella», según señaló.

La Medicina desde siempre, incluso remontándonos a cuatro siglos antes de Jesucristo, siempre ha estado encontrada con el poder político, unas veces de forma más dura o violenta, otras menos. La confrontación permanente de la profesión médica con el poder político, basada simplemente en el objeto que cuidamos, el paciente.

Por tanto, según el doctor Rodríguez Sendín, la labor del médico «tiene que tener unas garantías más allá de lo que las leyes de forma conveniente de vez en cuando apuntan. No es fácil protocolizarlo todo y tomar decisiones normalizadas continuamente. Por otra parte, los médicos, muchas veces, han tenido que decir no a los políticos y actuar en conciencia, porque el médico como tal no puede hacer ciertas cosas, lo diga quien lo diga».

«El liderazgo de la profesión para con lo que es el ejercicio de la misma resulta imprescindible. Todo lo que hacemos los médicos necesita regulación y control, y necesita que la mayoría de la profesión o una mayoría representativa decidan lo que es más adecuado, y no hay nadie en la sociedad que lo pueda hacer mejor y con más garantías que la propia profesión. Dejar que los conflictos éticos y deontológicos de los médicos los regulen los políticos produce debería producir sonrojo a quien lo propone, explicó el presidente de la OMC».

«No podemos separar estas reflexiones del momento en el que nos encontramos, inmersos en una crisis económica y de confianza sin precedentes, que condiciona la sostenibilidad del SNS y todos los ámbitos de la vida profesional con especial repercusión en la calidad asistencial».

«Los médicos -aseguró- nos miramos atormentados porque lo primero que se les ha ocurrido a los gobernantes es recortar y desproporcionadamente en Sanidad y Educación, en relación a otros ámbitos de la vida social. Por si fuera poco parece que estemos instalados en una especie de relativismo moral donde todo vale, lo que hoy es bueno mañana puede ser malo y viceversa, lo que produce desmoralización. Asistimos a una crisis de valores donde todo el mundo duda de todo. La consecuencia son actuaciones irracionales, no ordenadas, lo que impide aprender realmente de los errores para no volverlos a cometer. Se responde con pasividad esperando que alguien arregle los problemas y nadie piensa que la solución está en que lo hagamos todos a la vez. Se acepta la corrupción en el sentido de hacer lo que no debemos hacer o no hacer aquello que debemos hacer. De forma que hay corrupción desde arriba hasta abajo. Y la aceptación mayoritaria de esta actitud como algo normal no deja de ser muy preocupante».

Ante este panorama, buena parte de los médicos, según expresó, «nos sentimos atrapados entre nuestras obligaciones éticas y deontológicas, la evidencia científica, la necesidad de nuestros pacientes, y los recortes, los despidos, las amenazas que tienen atormentadas a la gente, las limitaciones impuestas en los servicios, que están generando tremendas listas de espera, con casos realmente dramáticos. Las consecuencias de los recortes en las plantillas y del trabajo complementario afectan a las listas de espera y a la calidad asistencial».

«Nos encontramos emparedados entre las obligaciones éticas y deontológicas, con los pacientes, la ciencia, el sufrimiento del paciente y los recortes y trabas burocráticas. Por si fuera poco nos quieren quitar el placer de ser médicos, cuando nos impiden hacer lo que creemos que debemos hacer, lo cual puede llevar al sufrimiento y a la depresión del profesional».

El dilema para una organización como la nuestra es el pensar “hasta cuándo se debe aguantar esta situación”, topándonos, en este sentido, con dilemas muy difíciles de resolver. Por un lado una huelga choca con nuestra obligación deontológica de no provocar daño en nuestros pacientes, pero, por otro, la pérdidas y consecuencias de los recortes con disminución de plantillas y número de guardias, o que los residentes no hagan las guardias necesarias, serán a costa de los pacientes que lo pagaran en salud. Ante este panorama el compromiso del médico tiene siempre dos dimensiones, por una parte la dimensión colectiva por la que debemos atender bien a todos los que lo necesiten, y por otro una dimensión social, prestar mayor atención a los que más lo necesitan.

¿Por qué surgen los dilemas éticos en Medicina y por qué son tantos y tan profundos?, y ¿por qué sobre algunos apenas se logran resolver nada en el transcurso del tiempo como es el caso de la eutanasia o la objeción de conciencia si no es por presión de los médicos?. La practica medica con frecuencia se produce en el encuentro de dos personas libres, el paciente y el médico, esta sometida a un dinamismo, tecnificación, complejidad y costes muy elevados. Para su realización el médico interactúa con numerosos agentes económicos, sanitarios, tecnológicos, políticos … cuyos intereses con frecuencia no están alineados con los del paciente.

Todo ello plantea múltiples conflictos éticos y problemas deontológicos que requieren una respuesta ajustada a cada caso y para lo cual el Código Deontológico (CD) que es una guía de ética médica y ahora cumple un año desde su publicación, presta una ayuda excepcional.

SEGUIDAMENTE, EL PRESIDENTE DE LA OMC PASÓ REVISTA A AQUELLOS CONFLICTOS CONTEMPLADOS EN EL CD Y QUE EN ESTE MOMENTO ADQUIEREN RELEVANCIA ESPECIAL:

  • Sostenibilidad, en Sanidad es aconsejable siempre retirar lo superfluo o innecesario porque además de derroche pueden constituir un peligro para los pacientes. Sin embargo la política de recortes cuando son sistemáticos e indiscriminados, incluso aceptando que algunos de ellos puedan responder a una lógica económica, constituyen un grave error. En el momento que perjudiquen a la salud de alguien al que no se le pueda dar la misma respuesta que a otro por falta de recursos, pueden ser lógicos pero nunca pueden considerarse justos en base a los principios éticos de nuestra profesión, y que viene reforzado en el artículo 1. Del Código Deontológico.
  • Equidad, la equidad en estos momentos se ha convertido en una “auténtica quimera”. En estos momentos la respuesta del SNS con los españoles no es equitativa los médicos nos tenemos que preocupar de la mejor gestión de la desigualdad, es decir, del mejor trato y oportuno ante necesidades que son iguales.
  • Denunciar las deficiencias, resulta incómodo denunciar estas deficiencias pero es importante porque supone que los más desfavorecidos, como sucede con los sin papeles, no están teniendo la misma respuesta ante idénticas necesidades.
  • Derecho de los pacientes a la información, a lo que el CD dedica cinco artículos, que dan respuesta a lo relacionado con el derecho efectivo de los pacientes a conocer, responder y decidir con autonomía sobre todo lo relacionado con su salud. Somos también su garante para que puedan ejercer su derecho de autonomía en las mejores condiciones.
  • Libertad de prescripción, tendríamos que detenernos pues es un principio básico que hoy es cuestionado por unos y también mal ejercido por otros. Decir que es mas que un derecho de los médicos una obligación de ejercer la medicina según ciencia y conciencia. Pero como todos los derechos no son ilimitados y tienen obligaciones y garantías para que su aplicación sea ética. No es lo mismo tener libertad para prescribir lo que se quiera que lo que necesita el paciente pero lo de mejor precio. Se tiene que hacer uso, por tanto, de una libertad científicamente justificada, responsable y transparente que se pueda y deba explicar a otro medico si así se requiere.
  • Objeción de conciencia, partiendo de las características de nuestra profesión, es muy importante saber distinguir lo que es objeción de lo que no lo es. Tiene que darse un conflicto real de valores, un conflicto ético entre lo que creo que puedo hacer y lo que me obligan a hacer.
  • Mobbing, acoso que sufre una persona mediante una violencia psicológica extrema, de forma sistemática, durante un tiempo prolongado por parte de un superior o grupo de personas del mismo ámbito laboral. Puede que haya un repunte de este tipo de situaciones en las próximas décadas dada la tendencia al alza del paro en nuestra profesión. El paro es el causante, en el caso de las profesiones sanitarias, de que se genere presión de todo tipo sobre los compañeros que están en peores condiciones. Recuerdo que en la década de los 90 se obligaba a trabajar gratis e irregularmente al día siguiente de la guardia como condición para poder conceder su realización al sustituto en paro. Es un tipo de dilema que los Colegios de Médicos vamos a abordar decididamente y específicamente en nuestro próximo congreso.
  • La asistencia al final de la vida, una etapa de la vida cuyos conflictos en el que realmente se ha avanzado poco y que es uno de los que más dilemas éticos plantea.
  • La relación del médico con la industria farmacéutica, al igual que el anterior, es un tema todavía sin resolver o mejor dicho sin lograr el equilibrio esperable y que constituye una fuente de conflictos de intereses.

El doctor Rodríguez Sendín describió brevemente unos cuantos conflictos generales de actualidad para representar la amplia gama a los que la medicina se puede enfrentar en el día a día. Conflictos que adquieren matices específicos en función de cada una de las especialidades, múltiples agentes que intervienen y situaciones posibles. Nuestra principal herramienta en este terreno es nuestro Código Deontológico, imprescindible e inigualable a cualquier otro código de conducta de otras profesiones. Por tanto, hay que analizar quién se encuentra en mejor disposición para responder a todos los dilemas éticos que se le plantean a la profesión.

Y ¿QUIÉN REGULA Y CONTROLA EL EJERCICIO MÉDICO?

Como recordó el presidente de la OMC en otro momento de su intervención, tres directivas Europeas, varias resoluciones y declaraciones del Parlamento Europeo, jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE, deciden sobre la necesidad de regulación y control de las profesiones sanitarias y de las recomendaciones sobre su desarrollo.

Una vez que la regulación y control del ejercicio profesional es inexcusablemente obligatorio, cabe preguntarse ¿quién lo realiza? Puede ser el Estado por medio de sus administraciones es decir un control y regulación político que en nuestro caso sería peculiar dado las 17 estados autonómicos.

En el ámbito español Estatuto Marco, Ley de Ordenación de las profesiones sanitarias, Ley Paraguas y Ley de Colegios profesionales que dan legitimidad y justifican el otro modelo posible por el que nos regimos desde hace mucho tiempo, en el que convivimos con un gran grupo de profesiones como la nuestra basándonos en un compromiso con los ciudadanos con un objetivo preferente que es el profesionalismo basado en principios éticos, valores y conductas conocidos por todos, que cuidamos y que vigilamos entre todos.

El liderazgo de la profesión que se propone desde la OMC se sustenta en que el respeto al profesionalismo, a los valores de la profesión, teniendo como horizonte el respeto y defensa de los interés del paciente sobre cualquier otro incluido el propio.

De todo ello se vela en los Colegios profesionales como auténticos espacios éticos y democráticos y en los que es fundamental la independencia y la autonomía, donde se tiene la capacidad de dar respuesta a los principales dilemas éticos y deontológicos de la profesión. Porque son espacios donde todas las parcelas médicas están representadas con idénticos principios. Porque también se constituyen como Foro de pensamiento donde los médicos de forma directa o indirecta, a través de sus representantes elegidos democráticamente, pueden participar. Donde se dispone de una herramienta fundamental como es el Código Deontológico, dinámica y en constante evolución.

Finalmente, lo más importante, como concluyó el presidente de la OMC, «es que esta profesión siga manteniendo el espíritu crítico que ha portado durante 25 siglos y que la ha caracterizado.“Sólo desde la ignorancia o desde la falta de reflexión se puede plantear el prescindir de la regulación profesional en una profesión como la médica con la complejidad extraordinaria que la caracteriza”.

junio 8, 2016