Presidente OMC: “Si yo fuera Presidente, me preocuparía de garantizar a los españoles la mejor asistencia posible ante una enfermedad”

“Si yo fuera Presidente de Gobierno, me preocuparía de que los españoles tuviesen una vivienda digna; de que comiesen todos los días y de garantizarles la mejor asistencia posible ante una enfermedad que no saben ni cual, ni cuando, ni a quien de su familia le va a afectar”. Con esta afirmación, el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, inició su intervención en el ciclo los Diálogos sobre Reforma Económica y Cohesión Social, promovidos por la Fundación Ernest Lluch y Obra Social La Caixa, donde debatió con el catedrático en Economía Guillem López Casanovas.

Ambos participantes en este formato de diálogo a dos, debatieron sobre la reforma del sistema sanitario, tras hacer un balance de la Ley General de Sanidad, promovida, precisamente, por el desaparecido Ernest Lluch, y sobre la que se sustenta el actual modelo del SNS. Los motivos de la reforma, sus consecuencias y reflexiones sobre la sostenibilidad del sistema sanitario, desde el punto de vista de la organización y gestión, los ingresos y la reducción del gasto, fueron los temas centrales de este debate que se enmarca dentro del ciclo Los 10 Diálogos 2012, un modelo de debate que prescinde de moderador para regirse por los planteamientos de cada uno de los dos ponentes.

El presidente de la OMC partió del análisis de la Ley General de Sanidad que sentó las bases del actual modelo de SNS y que se puso en marcha gracias a “un acuerdo –dijo- especialmente entre clases medias y bajas” para aceptar que “ante las previsiones de enfermar, todos podemos ser atendidos en cualquier parte de España en condiciones de igualdad”, financiándolo vía impuestos.

Para el doctor Rodríguez Sendín, “el SNS es una de las señas de identidad de España tanto dentro como fuera de ella” y, tras expresar su preocupación por la sostenibilidad del sistema, manifestó su deseo de “poder dejar a nuestros hijos el excelente sistema que hemos alcanzado y que con tanta calidad nos atiende y ha atendido las necesidades de nuestros padres”. “Esta crisis –dijo- no debe llevarse por delante el servicio público que más cohesión social aporta a la sociedad española”.

Por su parte, el catedrático López Casanovas, expresó su convicción de que “después de casi 30 años, el SNS ya ha pasado la prueba del algodón y de que es capaz de pervivir en el cambio generacional”. Para Guillén López, “el problema no es de sostenibilidad, ni de insuficiencia, sino de solvencia, de su capacidad para solventar situaciones cambiantes como esta crisis financiera” y se mostró partidario de “flexibilizarlo al máximo, de introducir resortes para moldearlo y responder a estos retos cambiantes”.

Sin embargo, para el presidente de la OMC, el SNS tiene actualmente un problema de sostenibilidad, exógeno, producido por “el brusco corte en la financiación desde 2009” y este problema se agravaría enormemente si se redujese el presupuesto del 6,5% al 5,1% del PIB como parece planearse. Y otro problema endógeno, debido al “expansivo crecimiento –en ocasiones irracional- de las actividades preventivas, diagnósticas, terapéuticas y de cuidados y también por la política de construcción de centros y servicios especializados de muchas comunidades autónomas” e hizo también una autocrítica a la responsabilidad de los profesionales a la hora de “gestionar bien los recursos, a la hora de recetar o prescribir pruebas diagnósticas” y “detectar las bolsas de ineficiencia para corregirlas”.
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En este aspecto, coincidió con Guillén López cuando el economista abogó por utilizar criterios de responsabilidad a la hora de la utilización de prácticas inadecuadas y puso como ejemplo uno de los nuevos tratamientos contra el cáncer colorectal que ha salido recientemente al mercado, mucho más caro que los tradicionales y sin beneficio adicional al habitual. Por lo que se mostró partidario de buscar soluciones en la práctica clínica y de que los profesionales asuman la gestión. Propuesta con la que manifestó su acuerdo el Dr. Rodríguez Sendín.

El presidente de la OMC expuso propuestas para avanzar y proceder al cambio que necesita el Sistema Nacional de Salud, manteniendo sus principios de universalidad, equidad y solidaridad y cuestionó las reformas que se están llevando a cabo basadas en recortes indiscriminados y medidas que pueden cambiar el modelo. “Los recortes –afirmó- son lo más fácil de implantar para un consejero de hacienda que sabe de sanidad lo que cuesta al año, pero no son una solución a medio y largo plazo” y añadió que “estos recortes y, en especial, la forma de aplicarlos pueden estar minando desde dentro al SNS por no cumplir con los cometidos esperados por los ciudadanos y, además, afectar a los profesionales”.

Tras preguntarse si ¿ha dejado la sanidad de ser una prioridad social? o ¿si el pueblo español ha manifestado directa o indirectamente que quiera cambiarlo?, abogó porque no se hagan reformas que cambien el modelo y para que “los políticos se pongan de una vez por todas de acuerdo para mantener este sistema que es un referente de calidad, en cualquier área sanitaria del territorio nacional, introduciendo reformas estructurales para hacerlo más eficiente”.

Lamentó que, “hasta para hablar de mamografías”, los políticos no se pongan de acuerdo y que “se pueda ralentizar la revisión inteligente de la cartera de servicios porque haya elecciones en Galicia, País Vasco y Catalunya”.

El presidente de la OMC, reiteró la necesidad de que la sanidad cuente con unos presupuestos finalistas, con una cartera de servicios básica, con una historia clínica y receta electrónica interoperable, con unos mecanismos únicos y transparentes para evaluación de las tecnologías sanitarias y con una nueva política de recursos humanos.

Sobre la posibilidad de introducir un copago, dijo que había que ser extremadamente cautelosos y distinguir entre el copago asistencial, del que se mostró totalmente en contra y otros copagos evitables que podrían aplicarse por la mala utilización de los servicios, como cuando alguien va a urgencias hospitalaria sin pasar por los servicios de Atención Primaria o cuando no recoge pruebas diagnósticas… sin justificación.

También se refirió al copago farmacéutico, recientemente modificado, y se mostró partidario de ajustarlo aún más, como por ejemplo, la posibilidad de introducir topes por año y unidad familiar. Para evitar riesgos acumulados en familias con problema para llegar a fin de mes. En todo caso es preciso un seguimiento cuidadoso para detectar situaciones especiales no previstas.

El profesor López Casanovas consideró que lo importante del gasto del SNS es lo ordinario y, poniendo como ejemplo de gestión el National Health Service, NHS, propuso que se creara un grupo de expertos, quienes, con ciertas coordenadas y autonomía, tomaran decisiones para que, si un político se quisiera desviar de lo que fijasen los profesionales, lo tendría que justificar.

Finalmente consideró que la financiación pública no puede mantener el gasto y, ante esta cuestión solo hay dos soluciones: “o bajar el gasto o introducir financiación fuera de impuestos, lo cual nos llevaría al copago”, por lo que dijo que “habría que preguntar a los ciudadanos si prefieren reducir las prestaciones o mantenerlas de su bolsillo con un copago”. Él abogó por el “ticket moderador para bajar el gasto y reducir el consumo”.

El debate, que se celebró en Caixa Forum de Barcelona, contó con el seguimiento en las redes sociales Facebook y en twitter (@FundErnestLluch con el hashtag #dialegslluch).

junio 8, 2016